Becas en Japón para colombianos



Cuando se habla de estudiar en el extranjero es muy útil tener conocimiento sobre las oportunidades y beneficios que se ofrecen en el país en el que aspiramos estudiar.  Si bien es cierto que la competencia puede llegar a ser feroz, al menos en lo que a becas se refiere, también ha llegado a suceder que en Colombia se desperdician oportunidades que cubren hasta el 100% de los gastos del becario. Así lo aseguraron algunos funcionarios del Icetex en el 2011[1]. Aunque parece extraño que no haya suficientes postulantes para cubrir los cupos ofrecidos y que lo más probable es que éstos sean casos aislados, la falta de divulgación de algunas convocatorias hace que solo puedan acceder a ellas quienes tienen determinados contactos o vínculos con sectores académicos específicos. Por esta razón, con el ánimo de contribuir a facilitar el acceso a la información sobre las becas que otorga el gobierno japonés para colombianos, he decidido escribir este post y explicar aquí los datos claves que debes saber si lo que buscas es irte a estudiar al país del sol naciente. Antes de comenzar, debo aclarar que la información sobre fechas de inscripción y requisitos que se detallan a continuación son las correspondientes para las becas que serán otorgadas en el 2017.
Hay Becas tanto para pregrado como para posgrado
Este es un punto muy interesante, sobre todo para los jóvenes recién graduados del colegio, pues es bien sabido que los profesionales tienen mayores conocimientos sobre la variedad dentro del portafolio de becas para maestrías y doctorados.  Por ejemplo, cuando yo estaba por iniciar la universidad no sabía que algunos países también ofrecen becas para estudios de pregrado y por esa razón, lo único que se me ocurrió fue nada más y nada menos que correr a solicitare un crédito al ICETEX para solventar el costo de la Universidad en la que escogí estudiar. De haber tenido mayor visión en este aspecto quizás hubiera optado primero por postularme a una beca internacional. A lo hecho pecho, pero en el caso de los que aún tienen la oportunidad, ésta es una opción excelente. El único pero que encuentro es el tema de los idiomas, pues se debe demostrar fluidez en inglés (requisito que con la pésima educación en idiomas que brindan algunos colegios, puede llegar a ser un problema para muchos) y conocimientos del japonés. Aunque creo que como estudiante extranjero un muy buen inglés y un nivel básico-medio de japonés sería más que suficiente para sobrevivir los primeros meses.  Ello debido a que por lo general las universidades ofrecen a los becarios extranjeros la posibilidad de tomar un curso de 6 meses del idioma japonés antes de iniciar con sus demás materias. Las becas de pregrado tienen una cobertura del 80% de los gastos y están dirigidas a jóvenes bachilleres entre 17 y 21 años. En cuanto a los estudios de posgrado, éstos están dirigidos a profesionales menores de 35 años que deseen adelantar sus estudios de maestría, doctorado o investigación en Japón. La cobertura de estas becas es de 100% e incluye los tiquetes de ida y regreso a Japón y un subsidio mensual que supera los 144.000 Yenes. Las fechas límite para aplicar son el 30 de junio del 2016 para quienes deseen realizar un pregrado y el 15 de junio del mismo año para aquellos interesados en posgrados.
Dónde encontrar más información?
Cuando se trata de aplicar a una beca, siempre es mejor acudir a la institución o país benefactor para solucionar dudas. En este caso, los incentivos hacen parte del Programa de becas del gobierno japonés Monbukagakusho 文部科学省 y son ofrecidas a través del Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología (MEXT).  Debido a ello, es recomendable consultar la página de la Embajada de Japón en Colombia para ahondar en los requisitos que se deben cumplir para participar en cada una de las convocatorias. Adicionalmente, dado que la recepción de los documentos y cierta parte de la preselección está a cargo del ICETEX, la institución del gobierno colombiano encargada de gestionar créditos educativos y becas en el exterior, su página web es una fuente de consulta ineludible.


[1] http://www.mineducacion.gov.co/observatorio/1722/article-284890.html

Aokigahara ¿El bosque siniestro?



Hace tan solo un mes se estrenó la película "The forest" en las salas de cine colombianas. Esta cinta, mejor conocida en Latinoamérica como "El bosque siniestro", narra la historia de Sara Price (interpretada por una de las chicas de juego de tronos, Natalie Dormer), una joven estadounidense quien emprende un viaje desesperado a Japón para encontrar a su hermana gemela, Jess, quién fue vista por última vez en el bosque de Aokigahara (青木ヶ原), un lugar rodeado de un aura misteriosa debido a las leyendas y mitos sobre los demonios que lo habitan y a la alta frecuencia con la que ocurren suicidios en su interior. En cuanto a la película, personalmente creo que no es una obra maestra, la historia daba para un mejor desarrollo y a pesar de que la primera parte prometía una trama menos guiada por el tradicional simplismo de las películas de terror actuales, termina cayendo en la práctica de los sustos inesperados y descuidando el terror elaborado, en el que no es solo la aparición sorpresiva de una figura la que aterra al espectador, sino el ambiente de tensión psicológica generado por una buena trama y su correspondencia visual y sonora. Tampoco considero que el producto final sea una pésima película, en realidad es una historia entretenida para pasar un buen rato, especialmente si los sobresaltos se comparten entre amigos.
 Trailer de la película "El Bosque Siniestro"
Por supuesto, soy consciente de que entre gustos no hay disgustos y esa fue solo mi apreciación personal del desempeño de la película, que de nuevo, me pareció entretenida, aunque desaprovechó grandes oportunidades de desarrollo que permitía la historia. Al menos puedo decir que, en mi caso, verla no fue una pérdida del tiempo. Ahora bien, el haber visto esta película me indujo a interesarme por investigar un poco más sobre las leyendas que se tejen alrededor del bosque de Aokigahara. Conocía con anterioridad el tema del alto índice de suicidios en Japón, especialmente entre los jóvenes (el cual será tema de una próxima entrada, pues la alarmante cifra llega a 18.048 suicidios de menores de 18 años entre 1972 y 2013)[1] pero no sabía que dentro del monte Fuji, uno de los símbolos nipones por excelencia, hubiera un lugar rodeado de tanto misterio y dolor. Y es que al menos en cuanto a los suicidios que ocurren en esta zona de 35 kilómetros cuadrados de extensión, las historias parecen ser ciertas y reconocidas como tal por las autoridades que rigen la zona, pues de hecho, si bien el recorrido por el bosque no está restringido tan estrictamente, si está rodeado de señales de advertencia. 
El objetivo parece ser tanto un recordatorio a los visitantes del bosque de que permanezcan en el sendero para que no se pierdan en la espesura de la vegetación, como un último intento de disuasión dirigido a aquellos que buscan suicidarse. Incluso, en una de las señales se puede leer en japonés lo que podría traducirse como "Tu vida es un valioso regalo de tus padres: por favor piensa en tus padres, hermanos e hijos. No te lo quedes dentro. Habla sobre tus problemas". Basta con buscar en google "Bosque de Aokigahara" para echar un vistazo a los terribles hallazgos que allí se han descubierto.
El bosque de Aokigahara surgió como consecuencia de una gran erupción del monte Fuji en el año 864 y también es conocido con el nombre de Jukai 樹海 (Mar de árboles). Para muchos, este lugar dista bastante de ser un bosque común y corriente, pues se dice que guarda una energía escalofriante en su interior causada por los Yurei (幽霊) que allí permanecen. Para aquellos que no habían escuchado el término Yurei con anterioridad, que debo decir, últimamente se ha vuelto popular en las películas de terror japonesas, éste hace referencia a algo similar a lo que aquí llamamos "almas en pena". En realidad, dentro de la tradición japonesa se cree que el alma de aquellos que mueren en un estado de profunda tristeza o ira no puede dejar este mundo, por lo que se queda vagando en el lugar de la muerte, atormentando a los vivos que tienen el infortunio de pasar por allí. Además, existen muchas leyendas acerca de que durante el medioevo japonés este bosque era un lugar que muchos elegían para abandonar a los ancianos de su familia en situaciones difíciles. Dado que en la época eran comunes las epidemias y las hambrunas, tener una boca más que alimentar o estar en contacto con una enfermedad infecciosa podía significar la aniquilación de toda una familia. Bajo las costumbres de la época, lo más sensato era abandonar en el bosque a los miembros más débiles o enfermos de la prole para que murieran allí. Esta práctica es conocida con el nombre de Ubasute y hace parte de las creencias populares japonesas, aunque no se tienen suficientes evidencias para constatar que ésta fue alguna vez una práctica común. Debido a ello, es entendible que se crea que los arboles del bosque de Aokigahara guardan una energía negativa y que esto tiene que ver tanto con el gran número de suicidios que ocurren en este lugar, como con lo fácil que es perderse dentro del bosque.  Como si los Yurei no fueran suficientes, el bosque es muy espeso y es extremadamente fácil perderse dentro de él, tanto así que se dice que bajo él existen yacimientos de hierro magnético, lo que hace que las brújulas dejen de funcionar y que los viajeros se pierdan.
Aunque hay que reconocer que la posibilidad de que el bosque este embrujado o posea cierto tipo de energía particular es muy llamativa, pueden haber explicaciones más sensatas sobre por qué éste es uno de los lugares preferidos por los suicidas para dejar este mundo. Aokigahara se hizo famoso a partir del año 1960 gracias a la publicación de la novela Nami no Tou del autor Seicho Matsumoto, en la que dos amantes deciden suicidarse justamente dentro del bosque. Posteriormente, en 1993, Wataru Tsurumi publicó un libro titulado "Completo manual del suicidio", el cual es precisamente lo que su nombre indica, un manual para suicidarse. En su interior, el autor describió los métodos más comunes, su efectividad y lo dolorosos que pueden llegar a ser y recomendó algunos lugares propicios para quitarse la vida. Dentro de ellos, destacó al Bosque de Aokigahara como el mejor lugar para morir. Teniendo en cuenta el contenido de estas dos obras literarias, no se hace tan extraño que quienes están pensando en quitarse la vida decidan hacerlo en este lugar. Según pronunciamientos del gobierno local, desde la década de los 50 se han encontrado al menos 500 cadáveres dentro del bosque y se considera que desde 1998 la cantidad de suicidios en la zona ha aumentado, puesto que en los últimos años se han llegado a encontrar entre 70 y 100 cuerpos por año. 
Sin duda el bosque de Aokigahara es un lugar muy interesante. Todos los mitos a su alrededor lo dotan de un aura misteriosa y triste. Pensar que está ubicado a tan solo 100 kilómetros de la gran metrópolis de Tokio lo hace un lugar aún más inquietante y da pie para visitarlo.  A continuación, una pequeña guía si lo que quieres es ver con tus propios ojos este sitio.


Adicionalmente, les dejo un fragmento de un documental sobre el bosque, donde podrán escuchar el testimonio de Azusa Hayano, un geólogo que ha recorrido la zona por 30 años y conoce bien la problemática del suicidio, pues a lo largo de su vida ha encontrado por lo menos 100 cuerpos dentro del bosque. 



[1] Ver: http://noticias.lainformacion.com/mundo/por-que-los-estudiantes-japoneses-se-suicidan-el-dia-uno-de-septiembre_lFFchV8KmhqTLpvwXOhxf/